Para este PRIMER AÑO DE FORMACIÓN se plantea la lectura de la realidad y una aproximación a la práctica docente, siendo imprescindible este proceso para identificar problemáticas, necesidades y potencialidades. La recolección de información y su análisis, se realiza desde la inmersión en la comunidad educativa, el investigador forma parte de la realidad a transformar.
En SEGUNDO AÑO DE FORMACIÓN tiene el fin de realizar una lectura crítica constructiva de la realidad educativa en el ámbito aula identificando un problema, necesidad o potencialidad del área de saberes y conocimientos o nivel de su especialidad de estudio, bajo el enfoque de la Investigación Acción Participativa para transformar la realidad educativa desde la experiencia vivida produciendo conocimientos.
En el TERCER AÑO DE FORMACIÓN se ha orientado a profundizar la experiencia de la concreción curricular en atención a las características y necesidades de la comunidad, planteando estrategias educativas innovadoras que articulen la concreción curricular con las características del contexto, el PSP de la comunidad y los diferentes niveles de planificación de la UE/CEA/CEE, en un sentido transformador.
En CUARTO AÑO DE FORMACIÓN es la identificación, análisis e Interpretación de una necesidad, problemática y/o potencialidad focalizada en el ámbito pedagógico curricular. A partir de estas acciones investigativas, se pretende que las y los futuros maestros construyan propuestas educativas transformadoras caracterizado por el diálogo, la reflexión y discusión entre los actores involucrados en el hecho educativo.
En QUINTO AÑO DE FORMACIÓN es la identificación, análisis e Interpretación de una necesidad, problemática y/o potencialidad focalizada en el ámbito pedagógico curricular. A partir de estas acciones investigativas, se pretende que las y los futuros maestros construyan propuestas educativas transformadoras caracterizado por el diálogo, la reflexión y discusión entre los actores involucrados en el hecho educativo.
Las Escuelas Superiores de Formación de Maestras y Maestros han experimentado un progreso notable tanto cualitativo como cuantitativo en la formación inicial de educadores durante la última década. Estos avances reflejan un compromiso con la excelencia académica y el mejoramiento continuo en la preparación de maestros y maestras. Algunos de los aspectos destacados de este progreso incluyen:
Mejora de programas académicos: Las escuelas han revisado y actualizado sus programas de licenciatura para asegurar que estén alineados con las necesidades educativas actuales y las mejores prácticas pedagógicas. Esto puede incluir la incorporación de enfoques innovadores de enseñanza y aprendizaje, así como la integración de tecnología educativa.
Enfoque en competencias profesionales: Se ha puesto un énfasis creciente en el desarrollo de competencias profesionales en los futuros educadores. Esto implica no solo adquirir conocimientos teóricos, sino también habilidades prácticas relevantes para la enseñanza efectiva en el aula y la gestión de entornos educativos diversos.
Prácticas educativas en contextos reales: Las escuelas han fortalecido sus programas de prácticas docentes, proporcionando a los estudiantes oportunidades significativas para adquirir experiencia práctica en entornos educativos reales. Esto puede incluir pasantías en escuelas primarias y secundarias, así como proyectos de servicio comunitario relacionados con la educación.
Formación integral: Se ha reconocido la importancia de una formación integral que no solo se centre en aspectos académicos, sino también en el desarrollo personal y profesional de los futuros educadores. Esto puede incluir la promoción de habilidades de liderazgo, trabajo en equipo, resolución de problemas y competencias interculturales.
Evaluación y retroalimentación: Se han implementado sistemas de evaluación y retroalimentación para monitorear el progreso de los estudiantes y mejorar continuamente los programas de formación. Esto puede incluir evaluaciones periódicas de desempeño, revisiones de cursos y encuestas de satisfacción de los estudiantes.
En resumen, las Escuelas Superiores de Formación de Maestras y Maestros han realizado avances significativos en la formación inicial de educadores durante la última década, enfocándose en mejorar la calidad y relevancia de sus programas académicos, así como en fortalecer las habilidades profesionales y personales de los futuros maestros y maestras. Este compromiso con la excelencia académica contribuye a mejorar la calidad de la educación y el desarrollo integral de las y los estudiantes.